La inteligencia emocional es un concepto que ha generado mucha controversia. En los últimos 50 años se han escrito cientos de libros y miles de artículos sobre el tema, gracias a su creciente popularidad tanto en el campo de la educación como en la vida profesional.
Hasta mediados del siglo pasado solo se tenían contempladas dos
concepciones de inteligencia: la primera consideraba que era una capacidad general única, que cualquier persona poseía en mayor o menor
medida. La segunda
afirmaba que la inteligencia se podía medir a través de instrumentos
estandarizados.
No fue hasta la década de los ochenta que el doctor Howard Gardner, en
su libro Estructuras
de la mente, señaló por primera vez que “no existe una inteligencia
única, sino que dependiendo del ser humano, este posee varias inteligencias”.
Esta idea evolucionó en obras posteriores a través de una “teoría de las
inteligencias múltiples”, destacando los siguientes tipos:
1.
Auditiva musical
2.
Cinestésica-corporal
3.
Visual-espacial
4.
Verbal-lingüística
5.
Lógico-matemática.
6.
Intrapersonal-interpersonal.
En 1990 los doctores Salovey y Mayer publicaron
un profundo estudio sobre la inteligencia emocional, pero solo en 1995 Daniel
Goleman popularizó el término con su libro titulado precisamente Inteligencia Emocional: ¿por qué es
más importante que el coeficiente intelectual?.
Goleman distingue que la inteligencia posee dos tipos de coeficiente: el
intelectual y emocional. En este sentido, el autor deduce q
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emocional: qué es y cómo promoverla en niños
La forma en que se mide la efectividad de la inteligencia es mediante
el coeficiente emocional, que evalúa la
capacidad para explotar nuestras aptitudes personales como la empatía, la
confianza y la motivación, así como ciertas competencias sociales para
comunicarnos y relacionarnos con los demás.
El estudio de Goleman es un referente importante, sin embargo, no
debemos olvidar que se concentraba en la inteligencia emocional en la vida
adulta y no en la infancia. Afortunadamente, la pedagogía de la época observó
que no era en la mayoría de edad sino en la infancia donde la inteligencia
emocional tenía mayores repercusiones.
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ResponderEliminarMuy buena información
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